
Este es un post con mal
humor y lo siento. Tengo mal carácter y aunque intento disimularlo hay
veces en que, si al “sartenazo” le unes otros asuntos ya no puedo.
A ver, ¿en algún momento
he pedido yo opinión o pautas para educar, vestir, hablar o compartir con mis
hijos?
Yo diría que no.
Entonces, ¿qué puede
inducir a ciertas personas a suponer que lo quiero?, NADA.Podría decir que este post es un suma y sigue a aquel otro de “Lo que tienes que hacer”, pero es que en estos días la situación me sobrepasa.
Mi Hada tiene tendencias preadolescentes, esto es un comportamiento errático y peleón que se manifiesta (o lo intenta) básicamente en la manera de vestir y adolece (por eso hablo de “adolescencia”) del más básico sentido común o normas de comportamiento simples. ¿Cómo que qué normas?, las mías, las nuestras, las de casa.
Mis duendes no llevan uniforme, eso atenta “contra la libertad del individuo” según el ideario de su colegio. Vale, es opinable pero es un hecho. Yo creo que a vestir, como a comer, a comportarse o a leer y sumar se aprende. En nuestro país se lee de derecha a izquierda y en otros al revés así que yo quiero que mi hija aprenda unas pautas de vestir que, si la hacen destacar, sea por bien (según mi, nuestro, criterio) y no por ir hecha un adefesio. En eso el colegio no ayuda, en él la libertad de criterio del individuo prima, y los niños se fijan siempre en el ejemplo más estrambótico. A mi plin, mientras los “individuos” sean otros.
Ahí es donde entran “los que creen que necesito su opinión” ¡y me pillo cada rebote!. Que si los niños manifiestan así su personalidad, que si no es importante y es una etapa, que si sus hijos eligen toda su ropa y como combinarla. No os digo lo que opino yo cuando les veo, ni os lo digo ni se lo digo a ellos, no es asunto mío.
Señores, yo educo, enseño, instruyo a mis hijos en la manera que creo que debo hacerlo para que a ellos les sea lo más provechoso posible y estoy dispuesta a asumir las consecuencias igual que el resto asumirá el resultado de sus criterios educativos con su prole, ni necesito, ni quiero, ni me importa cuál sea su opinión respecto de mis métodos.
¿Queda claro?
Lo siento gente, febrero se acaba y en un par de días dejaré de ser el Increíble Hulk.