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Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

De compras por Valencia

¡Madre mía como estamos!, qué pavo tiene mi niña y eso que acaba de cumplir 10.
Y lo peor es que como a mí, desde los 12 a los 30, me repitieron eso de que estaba en la edad del pavo hasta la saciedad juré no decírselo nunca a mis hijos, y me cuesta..., vaya si me cuesta.
Mi hija se hace mayor, tiene mucho carácter y muy diferente del mío (mejor para ella), pide y pide sin parar, como cualquier niña, pero nunca tiene tiempo de venir conmigo de compras, las aborrece, y si soy yo la que le compro las cosas no le gustan, así que la cosa no es fácil.
Como ya os he contado en la entrada anterior, el sábado después de pasar el día en el Oceanográfic fuimos al hotel a descansar. Al cabo de un rato le dije a mi Hada, sin muchas esperanzas, que por qué no nos íbamos al Corte Inglés y al centro comercial Aqua que estaban pegados al hotel.
¡¡¡¡ Y me dijo que sí!!!!
Me había pedido por su cumple un reloj, que no habíamos comprado, y ese fue el primer objetivo, nada de Flick-Flack ("mamá, es que son para bebés"), nada de Swatch, que no le gustaban. Pues chunga iba la cosa, un reloj azul, preferiblemente de plástico, que se pueda mojar... Dimos con un dependiente "experto en regalos", al menos eso decía el cartel de su solapa y sí que resultó de gran ayuda. Fuimos a varios estands y encontramos un reloj azul, pequeñito, con números reflectantes en la oscuridad y sumergible ¡por 19 euros!.
También llevaba un tiempo diciendo que quería un bolso pero, ¿qué clase de bolso puede llevar una niña de 10 años?. Según mi opinión con una mochila pequeña y divertida es suficiente, pero ella quería un bolso bandolera pequeño y plano. Recorrimos mil sitios, en Zara había uno de piel chulísimo por 20 euros, pero era rojo y ella lo quería azul...
Ya digo que pasamos por mil tiendas. Al final pensé que aunque gastara un poco más, quizás si ella no lo usa lo podría usar yo. Fuimos a Purificación García (sí, ya sé, fuera de norma para una niña), y
había unos de piel, planos, bien de precio, pero no lo había azul.
En la puerta de al lado entramos en Bimba & Lola y ¡bingo!, lo encontramos, un bolso bandolera de lona azul marino con un bolsillo verde y encima rebajado. Más contenta que unas castañuelas iba. Salimos a cenar y lo estrenó, entre otras cosas llevaba los Basurillas que a Garbanzo le había
traído el Ratón Pérez.
Cómo, ¿que no os he contado que el Ratón nos visitó el viernes por la noche?, vaya, pues se queda para la siguiente entrada.

1 comentario:

Irene, Umpa Lumpa & cía dijo...

Todavía no he llegado a los treinta... y creo que sigo con un pavazo encima de vez en cuando... jeje Eso sí, yo también odiaba que me lo dijeran. Tengo que hacer una lista con "cosas que no decirles a mis futuros hijos" en la que apuntar frases como esas...

Me alegro de que encontraseis lo que buscabais =) Igual todavía es pronto para que le chiflen las compras... pero dale un par de años o 3 y tendrás que pararle los pies... jaja