A comienzo de curso, en su colegio nos dieron la posibilidad de prepararla para recibir su Primera Comunión. Yo intenté no influir en su decisión, cualquier cosa que decidiera me parecería bien y decidió comulgar.
Al principio me dio un poco de apuro, si os digo la verdad, mi hija no sabía rezar ni un “Padrenuestro”, pero me di cuenta de que muchos de sus compañeros tampoco. Eso sí, le hice ver que si tomaba la decisión de ir a catequesis era con todas las consecuencias, que no me viniera luego con que no iba a misa los domingos. Y, ¿a quién le tocaba ir con ella?, pues a mí, claro.
Yo iba, voy con ella, le enseño los ritos, lo que tiene que hacer o decir y yo, para mis adentros me aíslo de aquello. Ahora ya se queda con los niños de la parroquia que se preparan para la Comunión y lo pasa bien, yo la acompaño y la espero sentada en el banco de más atrás, a veces la abuela viene con nosotras.
El caso es que en cuanto tuvimos fecha empezamos con los preparativos.
Nadie en casa quería una fiesta ostentosa, un sacramento debe distar mucho de lo que es una fiesta de cumpleaños, al menos yo lo veo así.
Miramos algunos restaurantes, pero los que nos gustaban se despendolaban en precio y no era plan, así que como íbamos a ser muy pocos, sólo la familia de primera línea, decidimos organizarlo en casa. Éramos sólo veinte.
Entre tanto le pregunté a mi hija si quería algún vestido especial o que como pensaba vestirse, miramos la socorrida revista de vestidos de El Corte Inglés y decidimos que el disfraz de Escarlata O’Hara no iba ni con ella ni conmigo. Saqué mi vestido de comunión, una joya de batista bordada en punto snock (nido de abeja) que mi madre hizo a mano hace 31 años para mí ,y ¡le quedaba perfecto!. No hacía falta ni sacar un botón.
Quisimos cambiar el lazo a la cintura que yo llevaba de color rosa por un fajín de color verde, un sábado del mes de Marzo fuimos a la calle Atocha a una tienda de telas a elegir varias piezas para probar. La súper abuela se encargó de todo.
Estaba preciosa y yo orgullosísima de ella. El peinado fue todo un reto, teníamos hasta siete opciones distintas, al final fue una tranza de raíz en el lado derecho de la que iban prendidas flores secas.
¿Quién me iba a decir a mí que 31 años más tarde mi hija llevaría mi vestido?, pues eso, mi Hada, una bruja (yo) y un vestido.
7 comentarios:
Bueno, bueno, eso de una bruja... discrepo totalmente.
De lo del Hada, de acuerdo al cien por cien.
Nosotros lo hicimos en casa también, comulgaron los dos el mismo día, y no volvieron más por la iglesia.
Ahora me viene el pequeño (15) con que quiere confirmarse... Me siento una mala madre porque no quiero que se confirme, pero he dejado que el decida y ahí está, en catequesis todos los viernes, por dos cursos.
Enhorabuena por tu visión de las cosas. Ya me hubiera gustado a mí, tomármelo como tu te lo tomas. Tengo una gran alergia a estos asusntillos religiosos.
Abrazos.
Que cosa más entrañable Lou...lo del vestido digo...ufff es emocionante esta historia (que lo hiciese tu madre para ti, que ahora lo lleve ella...) que bonito y seguro que iba preciosa. El gran reto de nosotros, los padres, es formar personitas con carácter y personalidad propias, guiando, no imponiendo y encuentro admirable que, aún con tu visión de la religión, la hayas apoyado en su decisión. Un besazo. Sara.
yo bauticé a mis dos hijos con el vestidito que usamos mi hermana y yo. Solo la familia. Sin grandes fiestas ni jolgorios. Lo importante era el sagramento.
El de la comunión no lo podrán utilizar (snif)
Tampoco la harán al uso que se lleva últimamente, ni en la edad que toca, básicamente porque cuando le tocaba al mayor, no era el momento. Me espero a que lo hagan juntos y ya te digo que de marinerito no irán...
un beso wapa
Antes de leer la entrada me habia fijado en el vestido de tu hada, y habia pensado, que bonito!!! y no tan ostentoso como los que se ven ahora. Y va y es el tuyo!!! Me encanta, la idea, el vestido, como habreis disfrutado de ese dia!!!
Igual que la otra Irene... antes de leer la entrada he pinchado en la imagen y me ha parecido el vestido de comunión más bonito que he visto en serio... Precioso!!!
Y cuando he leído que era el tuyo... ¡¡¡PRECIOSO!!! Me alegro de que haya podido usarlo, de que le sentase tan bien y de que haya sido una decisión suya el seguir adelante, con sus consecuencias y no simplemente un espectáculo de los que a veces se ven de iniciación en la adolescencia ;) (o preadolescencia)
Un besín
Yo quiero ser bruja!
Pero qué guapas!! anda que no estaría orgullosa la abueli de esa bruja y esa hada con ese nido de abeja...
Qué desastre eurovisivo mami!
Al hada preciosa y su vestido ya los había visto, pero a la bruja no, y también estaba bien guapa. Estrella hará la comunión el año que viene, no quiero ni pensar en lo que me espera... de momento dice que no quiere vestido largo, que con esos no puede correr. Besotes.
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