Rebajas de Verano 2012

Fiel a mi cita con las rebajas, como siempre. Vale, lo sé, es una manía, pero es mí manía, la asumo, la planifico y la disfruto.
A pesar de que el fin de semana estaba siendo de lo más cansado a nivel de actividades de todo tipo, fiestas familiares, ópera y cumpleaños, no me amilané, mi despertador sonó el domingo a las 8:30 de la mañana.
Dejé la ropa preparada para no hacer ruido, desayuné y salí disparada a Plaza Norte sin que ni mis duendes ni mi contrario se enterasen. Llegué a las 9:25, cinco minutos antes de que abrieran y había ya este mogollón…

Mi primer coto de caza, Massimo Dutti. Una vez más, el vestidito al que tenía echado el ojo era de “nueva temporada”. Me hace una gracia tremenda, imaginad, vestido de seda, blanco, sin mangas, muy escotado y  minifaldero…¡otoñal!, si vamos, que con botas de agua iba a quedar guay. Me centré en las camisetas básicas y cogí tres para mí y dos para mi hada.

De allí pasé a Zara y cogí dos vestidos blancos, sin probarme, con idea de decidir en casa y una camiseta negra con estrellas en blanco que estreno hoy.

En Mango encontré un top de color azul Klein espectacular que queda divino, si no te mueves claro, porque si no, se te ve hasta el ombligo, ese lo estrené ayer, para alegría de ojillos ajenos.

Renové también los camisones, los que estoy usando los compré en los embarazos de mi hada y mi garbanzo, así que si echáis la cuenta el más nuevo tiene cinco años. En Oysho cogí uno de El libro de la selva la mar de chulo.

Terminado el recorrido por Plaza Norte me fui a Moraleja Green, en Uterqüe compré una cartera preciosa para regalar al 50% de su precio original y me probé un montón de pantalones en los sitios más diversos para llegar a la conclusión de que ninguno me gustaba.

Además del vestido de Massimo Dutti, tenía en mente una chaqueta de flores de Zara y decidí dar una oportunidad más a la búsqueda. Me fui a La Vaguada, por supuesto, de la chaqueta en mi talla, ni rastro, pero en Massimo Dutti conseguí unos pantalones azul marino básicos que me vienen al pelo, eso sí, que alguien me explique qué están haciendo con las tallas porque no lo entiendo, ¡yo peso 4 kilos menos que el verano pasado y necesito comprar una talla más!.

A eso de las 4 llegué a casa. Mis duendes se habían ido con su papá a comer fuera y volvieron prontito. Ni que decir tiene que mis compras les importaron un bledo y que lo único que querían saber era a qué hora

podíamos ir a la piscina.

Ayer, cuando salí de trabajar meacerqué a devolver el vestido sobrante y “de la que pasaba por allí” me encontré unos vaqueros de color maquillaje que se vinieron conmigo. De esos, mis hijos sí manifestaron su opinión: “mamá, pareces una morcilla”, para eso, podían haberse quedado calladitos.