Se nos ha ido María, mi amiga más vieja y mi más vieja amiga. El sol salió brillante el sábado para despedirse de ella. Se durmió, se apagó, se fue.
En su despedida no hubo lágrimas, ni una, ella está feliz, con su Dios y a nosotros, aunque nos ha dejado solos, nunca nos faltará su recuerdo.
Te echaré de menos María, mucho. Te quiero.
2 comentarios:
Uno nunca sabe que decir en estos casos... así que diré que lo siento mucho.
Lo siento, Lou, siento tu dolor, aunque suenes tan serena. Ya te empieza a tocar tener días buenos... Ya te toca, narices, ya te toca...
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