Hoy hace un año que te fuiste, abuelo. Un año para recordarte cada día, para extrañarte cada segundo y para seguir hablando de tí a mis duendes como si les mirases por un agujero.
Ya sabes que la abuela no está bien. Es duro decirlo, pero yo no quiero llegar a no valerme por mí misma. Ella está llegando a eso.
En fin abuelo, que te quiero mucho, que mis hijos te quieren, y todos hablamos de tí con el cariño que nos dejaste.
2 comentarios:
qué vacío insustituible dejan!! Los recuerdos son la mejor herencia. Háblales mucho tuvieron mucha suerte al conocerlo.
Yo creo que, de algún modo, sí os mira desde un agujero, y os cuida y os anima y os quiere...
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