Odio al señor Tejero y sus secuaces.
No tiene nada que ver con ideologías políticas ni similares, simplemente arruinaron lo que podría haber sido un gran día para mí e hicieron que pasara mucho tiempo hasta que "perdoné" a mi padre por hacerme sentir diferente.
El día 23 de febrero de 1981, toda mi clase recibió una invitación formal para ir al día siguiente a Prado del Rey a ver grabar en programa Sabadabada.
No había plan mejor, más divertido, más trepidante para una estudiante de casi 9 años.
Todo era perfecto hasta que ese odioso tipo gritó aquello de "todo el mundo al suelo".
Y lo que se fue al suelo fueron todas mis ilusiones de niña. Mi padre, protector y miedoso al máximo decidió que no era el mejor momento para ir a Prado del Rey. Lloré tooooooda la noche y le repetía que le odiaba, que no entendía por qué me castigaba.
Al día siguiente todos mis compañeros de clase, excepto Mónica, que tenía los ojos tan rojos como yo, subieron al autocar destino a Prado del Rey.
Todo se arregló, como bien sabeis, todo menos mi resentimiento contra ese estúpido tipo del bigote, aún hoy le considero responsable de una de mis mayores decepciones.
2 comentarios:
Cuando daño hizo el gilipollas!!!!!
Mil besos
Ayyyyyy, Dabadabadá (¿o era Sabadabadá?)y su dibujante, José Ramón, creo que se llamaba. Verle dibujar sobre una hoja en blanco era fascinante, como si tuviera magia en las manos...
Publicar un comentario