Un año más con mi crónica Eurovisiva, un año más que no ganamos y un año más en que hay tantos expertos en concursos musicales internacionales como "cuñaos" por el mundo.
No ganó España, ¿merecía ganar?, no lo creo, lo hizo bien Melodi?, sin duda, fue toda una diva.Pero es que Eurovisión, nos guste o no, es política y lo ha sido siempre y lo seguirá siendo. ¿Debe una televisión pública, QUE PAGAMOS TODOS, manifestar opiniones políticas? NO, no debe, y ojo, que no digo que esté en desacuerdo, pero, si tanto nos quejamos de el "politiqueo" eurovisivo, no debemos formar parte de él. Hasta aquí mi reflexión extra musical y a partir de ahora la divertida.
Me gusta Eurovisión, mucho y eso que este año no pude verla con mi Hada sentada al lado, íbamos comentado las canciones por Whatapp. Me vi las dos semifinales, la primera de ellas, en la que actuó España me pareció de un nivel bajísimo, de hecho pensé que verdaderamente podríamos tener alguna posibilidad de ganar. La segunda fue musicalmente mucho mejor. Pero a mí lo que me gusta es el espectáculo, el escenario, las puestas en escena, las actuaciones fuera de concurso, además de las de los países, claro.
Del personaje que ganó el año pasado no hay mucho que añadir, ni me gustaba ni me gusta, creo que hemos llegado al punto del esperpento donde lo que buscas es ser lo mas extravagante posible para que hablen de ti y yo no voy a caer en eso. Paso a comentar las canciones y voy a hacerlo de las que a mí me gustaron.
Para mí la ganadora debió ser Alemania, la canción tenia mucho ritmo, mi Hada decía que era demasiado comercial, pero es que al final lo que buscas es eso, una canción que trascienda del mero festival, ya me gustó en la semifinal y me encantó en la final y sobre todo me gustó que cantaban en su idioma.
El segundo lugar de mi clasificación fue para Luxemburgo y su marioneta, la escenografía me gustó, ella tiene muy buena voz y la canción es pegadiza.
El último lugar de mi podio lo ocupa Grecia, con una canción preciosa y una presentación muy elegante sin pretensiones y cantada en griego, creo que nunca deberían haber eliminado la obligación de cantar en el idioma nacional.
Pero no todo acaba en el podio y ahí es donde aparece nuestra Melodi y su diva poderosa. Lo ha hecho muy bien, su canción es reconocible y conocida, la puesta en escena a mi me chirría un poco por el empeño en sacar esas raíces de bata de cola y olé, pero bueno. Su actuación y su voz en la final sonaron mucho mejor que en la primera semi, un bravo enorme para ella y sus acompañantes.
En quinta posición yo hubiera colocado a Dinamarca, una mamá poderosa y empoderada (empieza a rechinarme la palabrita), resplandeciente, divertida y con mucho ritmo. Un olé para ella y sus bailarines al estilo smooth criminal.
En sexto lugar San Marino, de lo que lo único que no me gustó fue ver al David de Miguel Ángel mascando chicle. Era una canción divertida y pegadiza.
Mi última favorita es la que quizás más chirría y creo que me gusta sobre todo por la escenografía y esos dragones voladores, rarita que es una, Polonia, por supuesto, cantando en polaco.
Hasta aquí, mis favoritas. Pero hayotras canciones que me gustaron, los Suecos y su sauna tenían bastante gracia y además es una canción fácil de recordar. La canción de Israel no era de las peores, pero no la hubiera alzado al segundo lugar de ninguna manera. De la ganadora, poco más que decir, que el intérprete tiene una voz prodigiosa para una canción soporífera y que, a mí, me levanta dolor de cabeza.
Quiero hacer una mención especial al Chiquilicuatre de este año, una especie de Fido Dido de goma que viene a demostrar una vez que lo ridículo también tiene cabida en este tipo de festivales.
Finalizo con lo mejor de la gala... la batalla entre el Cha Cha Cha de Finlandia de 2023 y el Rim Tim Tagi Dim de Croacia de 2024... GLORIOSO.
¿Nos vemos el año que viene? SIIIIIIIIIII