Todo tiene su explicación, la doctora Marta Baragaño y el Doctor Madero cambiaron de hospital ahora hace un año. Es verdad que podrían haberle revisado en su hospi y punto, pero una leucemia no es un catarro y yo me quedo más tranquila si lo ven los de siempre.
Pues eso. El 22 de Diciembre vimos la analítica básica y estaba bien, así que hasta mediados de Enero no la tuvimos completa. Entonces empezamos el periplo de especialistas, endocrino y nefrólogo.
Con el nefrólogo la cosa cambia algo, hay demasiado calcio en su sangre y en su orina, parece como si los lácteos que como fueran demasiados y no es así. Lo del colesterol es un poco culpa de todos, es cierto que parece que tiene una predisposición genética a tenerlo alto, pero no es menos cierto que no hay manera de que coma verdura y mucho menos fruta.
Os lo que comentado en otras ocasiones, la verdura se la disfrazo de mil maneras, en salsas, purés..., pero la fruta no hay manera.
No come embutidos, ni grasa, ni bollos, aunque si galletas y cereales. El caso es que con todo el deporte que hace debería ser suficiente, pero no lo es.
El caso es que la nefróloga le mandó repetir la analítica en junio.
Como os decía, el martes 14 tocó ver a la oncóloga, todo en orden salvo un parámetro, no recuerdo cual es, que indica rotura elevada de glóbulos rojos (?).
Ya en los primeros resultados salió la bilirrubina alta y decidimos comprobar si había heredado la enfermedad de Gilbert de su padre y así es.
No es nada severo, sólo una insuficiencia del páncreas para controlar la bilis. Si la rotura de glóbulos rojos fuese alta, asociada con el Gilbert el niño se pondría de color amarillo limón, estaría extraordinariamente cansado y su orina sería oscura.
Por suerte nada de eso ocurre.
El caso es que nunca, en todas las analíticas que se le han hecho y son miles, nunca, había llamado la atención ese parámetro de los glóbulos rojos, y puede deberse a varias causas, una viriasis, un exceso de deporte (los corredores de maratón lo tienen) o si por el contrario es un síndrome metabólico (según ella no lo parece), pero claro, "ya que lo hemos visto" y como de todas formas íbamos a pincharle en junio, pues lo hacemos en oncología pediátrica y lo analizamos todo.
Me da penita por él, me gustaría ahorrarle el pinchazo, pero mira, así no se pasa un año sin que veamos como van las cosas.
Pero todo esto, que altera mi sueño, mi vida y mi tranquilidad, a él le es completamente ajeno, para empezar porque a esta última revisión no le llevamos. Él sólo piensa en ser feliz, en los deberes y en la liga de baloncesto colegial.
Es bueno jugando al basket, muy bueno. Y yo le veo pelear, saltar, sudar y encestar y sólo se me ocurre decirle lo que pone en el titulo, más lejos, más alto, más fuerte...
Te quiero mi Sol.