La crisis preadolescente de mi hada hace que me replantee cada comportamiento en mi vida y todo para llegar a la conclusión de que no soy buen ejemplo para ella.

Me dijo "trabaja duro y se te reconocerá" y es mentira.
Me dijo "estudia, eso te dará oportunidades" y eso es sólo relativo. La igualdad de sexos se diluye en cuanto te dan el título universitario. A partir de ahí entras en el mundo real y en ese mundo real, no es que los hombres y las mujeres no seamos iguales (no entro en eso) es que no tenemos las mismas oportunidades.
Me dijo "la familia es importante, cuídala", lo que no me dijo es que se me penalizaría duro por ello.
Me dijo "si traes hijos a este mundo no olvides que son tu responsabilidad, ellos no te pidieron venir", lo que no me dijo es que asumir esa responsabilidades implicaría que en ocasiones se me juzgue y condene como si sólo pudiera dedicarme a eso.
Me dijo "se buena persona", lo que no me dijo es que siendo buena mucha gente abusaría (o lo intentaría) de mi bondad.
Pero lo peor de todo es que TODO eso me lo grabó tan dentro que me veo siendo una mala copia suya con mis duendes y me remuerde la conciencia. Yo se que la teoría es buena, pero la realidad me da de tortas a cada paso.
Me planteo si debo criar y educar a mis hijos como ella hizo conmigo y que eso les convierta en seres extremadamente vulnerables (como yo) o si debo prepararles para pisar antes de que les pisen, a pensar antes en ellos que en todos los demás y creo que esa es la forma en que me gustaría hacerlo y me encuentro con que no sé, que a veces creo que no soy la madre que les llevará por el camino que les conviene (que no necesariamente tiene por qué ser el buen camino).
Al final soy un borrego más, sólo que un poco más negro...