No había más que ver su cara de felicidad para saber que no mentía. Y no había como mirar su ropa para entender que el grado de divertimento en los niños es directamente proporcional a lo sucia que quede su ropa.
El día anterior había llovido y ayer aún la arena del recreo del cole no estaba seca. Mejor que mejor, así las "carreteras" para los coches quedan más aplastaditas y los coches se ensucian más, y ni mencionar que cuando los chicos se tumban a empujar sus bólidos, la arena mojada se pega por todos lados.
Ayer el pantalón de mi rubio amor parecía almidonado por la arena, y su anorak parecía recién sacado de un charco.
¿A quien le importa?, a mí no, desde luego, viendo su cara de felicidad casi me entraban ganas de arrastrarme amí también por el barro.
hay que dejarles ser niños...Eduardo viene siempre despeinado y llenito de barro..y eso quiere decir que ha corrido, ha saltado, se ha rebozado...en definitiva que ha jugado y no ha estado solo en una esquina del patio...Por cierto ¿como va tu rubio amor? A juzgar por la foto y las expresiones parece que esté totalmente recuperado. abrazos
ResponderEliminar¿eso quiere decir que ya está bueno? Andaaaaaaaa, cuéntanos que sí...
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