En dique seco

A la porra, mi organización doméstica se ha ido a la porra. Es lo que tiene depender tanto de la ayuda  doméstica como lo hago yo.
Mi tercer par de manos, ese que más me ayuda por las tardes-noches ha volado, literalmente. Anoche salió disparada a su país, su papá se enfermó de repente, parece que fue un infarto y ella no se lo pensó dos veces. Me parece bien, eso es lo que tenía que hacer y yo la aplaudo. Bueno no, no la
aplaudo porque no me da tiempo, tengo las manos ocupadas.
Ahora ya no puedo contar con un rato para mí, adiós a mi aeróbic, adiós a mis carreras nocturnas, adiós sin más.
Espero al menos poder salir a trotar a eso de las 5, no mucho más de 40 minutos, que luego no me da tiempo a "hacer los deberes".
Espero que a su llegada su papá se encuentre mucho mejor, de verdad, andar lejos con la cabeza preocupada y sin posibilidad de ayudar es muy difícil. Pero como todo pasa siempre en el momento más complicado resulta que su permiso de trabajo y residencia le vence el día 19, así que como tarde el
18 tiene que estar de regreso y mientras yo correré un poco más pero dentro de casa, en fin, eso es lo que toca (ahora).