
El 30 de Septiembre de 1997 cogí mi pesada maleta y me monté en un Airbus de Iberia que me llevaría hasta San Juan de Puerto Rico. Era el primer viaje transoceánico que hacía, por temas de trabajo. Mis compañeros de vuelo eran Pedro y Marcos, bastante mayores que yo y, de hecho, mis jefes. Me perdieron la maleta...
Ahí me veis a mí, por la tarde, con ellos, eligiendo ropa para el día siguiente, pijama y muda incluídas. Fue esa tarde cuando supe que seríamos grandes amigos.
Una semaña más tarde llegaban Miguel, Reinona, Campanilla y Peter. Coincidieron en el vuelo con un equipo de RTVE que viajaba para retransmitir la Gala de la Hispanidad desde allí, nos regalaron un montón de entradas, la única condición era ir vestidos muy elegantes, de fiesta...
Se acercaba el día y las chicas no teníamos qué ponernos ¡Vaya por Dios!. Marcos, que es un solete nos llevó de compras y nos hizo de asesor de imagen. Al final nos hicimos con un uniforme, estilo trío la, la, la, vestido negro tobillero, de tirante ancho, nos pareció divertido ir las tres iguales, teniendo en cuenta que yo mido poco más de 1,70, Reinona mide 1,60 y Campanilla llega justo al 1,50.
Allí que nos fuimos, la cita era en el Coliseo Roberto Clemente, pronto, creo recordar que a eso de las 5 de la tarde. Cuando los chicos nos vieron aparecer disfrazadas de trillizas no daban crédito.
Allí empezó una de las tardes en las que más me he reido en mi vida. Al llegar, las boricuas (portorriqueñas) iban vestidas de los colores más brillantes y vistosos, así que parecíamos tres cuervos en mitad del paisaje.

Nos sentamos, allí salió Alejandro Sanz, fue la primera vez que oímos "¿Y si fuera ella?" y "Corazón partío".


Lo más de lo más llegó con Ednita Nazario, una señora con una voz increíble y unas canciones inenarrables e indescriptibles, la primera "Atada a tu volcán" era una mezcla entre lo erótico y lo esperpéntico dificil de describir y la segunda, "Están lloviendo flores" es tal patada al diccionario que debería usarse en las universidades como ejemplo de lo que nunca debe ser...
De la Pantoja y María del Monte que también actuaron, no comento.
En fin, que después de reirnos, bailar, corear y todo para asombro de cuantos nos rodeaban, terminamos la noche cenando en un restauante español de tapas, brindando con un buen vino tinto y haciendo de esa noche algo inolvidable.
3 comentarios:
Lo que daría por tener la mitad de tu memoria... En verdad que parece un viaje memorable. Besos.
Pues lo que yo daría por ver la imagen de las tres vestidas de negro entre tanto colorido...por Diossssss jajajajajaja.
Pero lo bien que lo pasasteis pa vosotras se queda ;-)
me parto..qué buenas experiencias!!!! Algún día me tienes que contar todas las experiencias en suramérica.
besos grandes,
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