
Ayer fue un día de esos de inverno - invierno que me encantan.
Hacía muchos años que no nevaba así en Madrid. El no tener que salir de casa facilita mucho las cosas, la verdad es que los patinazos con el coche no tienen ninguna gracia. Pero estar en casa, con una taza de café calientito en las manos y mirando por la ventana cómo nieva mientras mis duendes revolotean alegramente a mi alrededor me produce una felicidad muy agradable.
Los copos caían, grandes y fuertes, por un momento llegaron a cuajar en mi terraza, aunque la lluvia se los llevó después. En todo caso hice una foto con mi móvil (antes justo de que el pobre "falleciera" ahogado en las babas de mi garbancito que lo usó de mordedor) y aquí la dejo.
2 comentarios:
ayer fue un día de esos para estar en casa con los que más quieres....
Me alegra infinito que disfrutaras tanto de la segunda gran nevada madrileña. Tus palabras respiran paz.
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